Sé perfectamente cómo es el Cementerio de los Libros Olvidados. He pasado allí muchas horas; también he paseado por las calles de una Barcelona bohemia y gris, y he corrido de la mano de Daniel, su protagonista.
Por eso, ahora que todo el mundo habla de lo espectacular que debió ser la presentación del nuevo libro del escritor, Carlos Ruiz Zafón, “El prisionero del cielo”, tercera entrega de la saga, sólo estoy deseando comprarlo.
Si hay una cosa destacable de los libros, es que te permiten soñar: estar donde nunca has estado, ser alguien quien que no serás nunca, y vivir una vida que no es la tuya; pero que te atrapa, te fascina, y te envuelve como la niebla que cubría Barcelona...
"Hasta ahora no sabíamos muy bien de qué iba la partida, pero ahora las piezas ya empiezan a encajar. Ahora entendemos qué estaba ocurriendo y se empieza a hacer más visible el diseño de toda la historia", subrayó durante la presentación del libro el escritor barcelonés, instalado sobre una tarima que reproducía, entre volúmenes polvorientos y estanterías en posiciones imposibles, Carlos Ruiz Zafón.

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